divendres, de desembre 04, 2009

CONTINÚA EL CUENTO


Había una vez, en un lugar muy, muy, pero que muy cercano... una palacio bajo la tierra. Para acceder a él tenías que tener muy claro donde cavar para hacer el agujero en el lugar correcto, y la profundidad adecuada para no romper el magnífico techo que lo cubría. Ese era el palacio de los Bajiterrs, una civilización oculta, pero muy desarrollada... en comparación con los esquimales, claro. Como todos los pueblos del mundo (y los del submundo) tenían sus cosas buenas y sus cosas malas... una de las malas era que no podían ver el sol... Una de las buenas era que habían conseguido sacar placas solares al exterior y traer electricidad mediante un moderno sistema de tubos i cables. Este sistema era conocido como "árbol", y sus cables los llamaban "raíces". De este modo conseguían la luz suficiente. Pero un buen día, despertaron y la luz no iba...